Articulos de España |
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Los cerdos y el jamon los moros y los tontos
españoles Arturo Perez Reverte |
No cabe un tonto más - Arturo Perez Reverte - Me van ustedes
a disculpar -o no-, pero la culpa no la tiene el niño, ni
sus padres. Alguien debería romper una lanza por esa familia;
así que aquí me tienen, rompiéndola.
En el asunto
del profesor del instituto de La Línea que mentó el
jamón en clase, ofendiendo la sensibilidad islámica de un alumno musulmán de trece años, los culpables
son otros. Después de todo, el padre que puso una denuncia
en comisaría, tras calificar de maltrato escolar el hecho
de que se pronunciasen las impuras palabras jamón y cerdo en clase, no hacía otra cosa que demostrar que sabe muy bien
dónde está.
Que nos ha tomado el pulso. Los hipócritas
somos nosotros, ciudadanos socialmente correctos y de limpia conciencia,
que después de llenarnos la boca tragándolo todo hasta
el fondo porque no vayan a decir que somos intransigentes, xenófobos y fachas, y por el resto del qué dirán, de pronto nos
ponemos estrechos y tiquismiquis diciendo que no, oiga. Por Dios.
Ahora, la puntita nada más. |
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Esto es España, oigan. Donde, como dice mi compadre Carlos
Herrera, no cabe un tonto más, pues nos caeríamos al
agua.
Cuando la familia del niño musulmán ofendido
por el jamón que se come e España dirigió sus pasos a la comisaría
más próxima, de ingenua tenía lo justo. La movía
la certeza absoluta de que, por descabellada que fuese su denuncia,
tenía ciertas posibilidades de prosperar. Y no puedo menos
que darle la razón. Conociendo el patio.
El maestro, en primer
lugar. Menos mal que anduvo prudente y achantó la mojarra.
Con la hiperprotección que en España dispensamos a
los pequeños cabroncetes, que un niño se levante en
clase y le quite la palabra al profesor que está hablando
de Geografía y de climas adecuados para la cura del cochino,
a fin de exigirle que no ofenda su sensibilidad religiosa, nos parece
a muchos lo más natural del mundo.
O semos tolerantes, o no
lo semos. Respeto a la multiculturalidad, se llama eso. Y si al maestro
se le ocurre levantar la voz para decirle al zagal que cierre el
pico, o agarrarlo por el pescuezo si se pone flamenco y sacarlo al
pasillo, calculen el desparrame. Docente fascista, violencia escolar, xenofobia en las aulas, tertulias de radio y televisión, Internet
a tope.
Se le cae el pelo, al profe. Niño y encima musulmán,
casi nada. Si además llega a ser niña y con pañuelo
en la cabeza, abre telediarios.
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Los cerdos y el jamon los moros y los tontos
españoles Arturo Perez Reverte |
En cuanto a la policía, imaginen que son el cabo Ramírez,
o como se llame, que está echándose un cigarrito en
la puerta, y en ésas llega el padre de la criatura y dice
que a su hijo le han mentado el jalufo en clase, y que es intolerable.
Entonces usted, Ramírez, considera dos opciones. La primera
que se le ocurre es mandar al padre y al hijo a tomar por saco; pero,
lo mismo que el maestro, sabe perfectamente en qué país imbécil se juega los cuartos. También sabe que, si
no se pone a disposición de cualquier fanático oportunista,
tramitando tal clase de denuncias, puede ponerse a remojo: xenofobia
policial, abuso de autoridad, prevaricación, nocturnidad -son
las siete de la tarde- y alevosía.
Titulares de prensa, y María Antonia Iglesias, descompuesta de belfo, llamándolo
fascista y mala persona en la telemierda. Así que opta por
la segunda opción, y tramita. Cayéndosele la cara de
vergüenza, pero resignado con su puto oficio y su puta
España,
va al día siguiente a tomarle declaración al maestro.
Y que salga el sol por Antequera.
Ahora, el juez, fiscal o lo que
sea. Afortunadamente estaba de guardia uno normal, de los que no
buscan salir en los
periódicos. Y decidió, con sano
criterio, hacer lo que no pudo el cabo Ramírez: mandar al
demandante a tomar por saco, como la
Justicia hace esas cosas: archivando
la denuncia.
Mi pregunta es qué habría ocurrido si
en vez de tocarle al fiscal Fulano le hubiese caído al fiscal
Mengano: uno de los que tocan otro registro y se la cogen con papel
de fumar, por si acaso. De los que, en una discusión de tráfico,
una conductora llama cabrón a un conductor, éste responde
zorra, y empapelan al conductor por conducta machista.
Dirán
ustedes que es imposible. Que la denuncia del jamón y sus derivados no podía
prosperar jamás. Vale. Piénsenlo despacio. Esto es
España, recuerden. Paraíso de demagogos y cantamañanas,
donde prospera todo disparate.
Ahora díganme otra vez que
la denuncia nunca iría adelante, por lo menos en fase de diligencias.
Díganlo mirándome a los ojos.
Así que, en mi opinión, el digno musulmán hizo
perfectamente. No arriesgaba nada. Y si cuela, cuela. Con suerte,
incluso habría sacado una pasta para pagarse el viaje a La
Meca con la familia.
En todo caso, lo seguro es que en la comunidad
islámica de su pueblo deben de tenerlo ahora por un hombre
santo, honesto mahometano. Todo un tipazo. De estar en su chilaba,
yo también lo habría hecho.
Abandonamos las redes como Twitter porque manipula la realidad política al servicio de los zurdosos y vende tus datos privados. Sigue nuestro ejemplo.
De la mar el salmón, de España el jamón
y al que no le guste
que coja el portón.
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