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Volver al menú Otras curiosidades de los políticos Foto: Arturo o Artur Mas
Podría ser la historia de Alberto Rivera y de tantos otros políticos que son españoles a tiempo parcial... pero eso lo dejamos para otro artículo. Arturo o Artur MasLVL 30/1/2015 - De ser tratado familiarmente como Arturo a catalanizar su nombre y pasar a ser conocido como Artur, Mas ha sufrido una evolución constante hacia el independentismo. Ese que no había mostrado hasta ahora, cuando ha decidido plantear la secesión de Cataluña de manera más seria. Quienes le conocen aseguran que jamás mostró las ansias independentistas, -de hecho hasta el año 2000 firmaba como Arturo-, que tiene actualmente y que el cambio de nombre por su versión catalana no es más que un episodio más de su escala secesionista.Tenaz, disciplinado, trabajador y pulcro a ojos de quienes le conocieron en su juventud, fue la mujer de Jordi Pujol, Marta Ferrusola, quien primero se fijó en él y quien le abrió las puertas de la política. Antes de aquello, su accidente con tan solo cuatro años, -en el que recibió el impacto de una paellera de arroz con el aceite hirviendo sobre su cabeza-, y el cierre de la empresa de su padre tras meses de ocupación por parte de sus trabajadores, marcó a quien ahora pretende desligarse de España. Del final de la fábrica familiar, Magomo, Artur Mas arrastra un resentimiento hacia los sindicatos, con quienes nunca ha mantenido buena relación. Quizá debido a aquello, Arturo no fue un chico de reivindicaciones, pancartas ni manifestaciones. Actitud muy diferente a la que mantiene ahora Artur Mas, que enarbola siempre que puede la bandera del independentismo por las calles de Cataluña.
Mientras hace unos años Mas aseguraba que era "partidario de no premiar a aquellos que hacen más ruido" y que un "político siempre ha de tener presente a la mayoría silenciosa", en la actualidad el presidente de la Generalidad parece haber olvidado esos valores, siendo protagonista por sus declaraciones y por sobresalir. A sus 56 años, este licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, que estudió en el Liceo Francés y en la exclusiva Aula Escuela Europea, parece haber llegado al cénit de su independentismo, lanzándose al vacío, -políticamente hablando-, al proponer una secesión de Cataluña respecto de España. Hijo de familia burguesa, aficionado al fútbol y al mar, el joven Arturo renunció a su puesto en la oficina de exportaciones del grupo Diplomat al trasladar la empresa a Madrid. Sin embargo, y aunque pueda parecer que lo hizo por ideales políticos, lo cierto es que su entonces novia, -y desde hace 30 años su mujer-, Helena Rakosnik, fue la persona que le decidió a quedarse en Cataluña. El presidente no quería cambiar la capital por aquella maestra de origen checo que durante un tiempo quiso españolizar su nombre quitándole la 'h' con el objetivo de no parecer extranjera. Curiosa coincidencia la de este matrimonio con el cambio en sus nombres, eso sí, con distintos objetivos pues mientras ella lo hizo en su momento para incluirse, él lo adoptó para separarse y diferenciarse. Todavía como Arturo, Mas llegó a la administración catalana sin el carné de político. Con tan solo 32 años pasó de la Generalidad a ser concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Puesto que compaginaba con el de gerente en la empresa Vilassar Internacional. Tras los problemas financieros de ésta, Arturo fue poco a poco convirtiéndose en Artur Mas y su escalada política le hizo aterrizar hace 21 meses en la silla del presidente de la Generalitat. Desde entonces, su evolución al independentismo se ha acelerado presentándose ahora como el Moisés que guiará al pueblo catalán a la secesión. Eso sí, a diferencia del personaje bíblico, los que conocen a Mas aseguran que éste no escucha a nadie. Entronizado, dicen, ha convocado unas elecciones con las que espera pasar a la historia pero que le pueden costar su eliminación política si las cosas no salen como quieren. Abandonamos las redes como Twitter porque manipula la realidad política al servicio de los zurdosos y vende tus datos privados. Sigue nuestro ejemplo.
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